Querida Vic, cada uno de los segundos que nos separan me han arrancado las ganas de marchar, pero las ganas vuelven en cuanto pienso en ti.
No puedo quedarme, y lo sabes. Esto es lo mejor que podría haber hecho. Quizá el tiempo nos una de nuevo, en otra ciudad, donde podamos ser felices juntos. Hasta entonces, vagaré solo, escribiendo mis canciones, acompañándolas con el recuerdo de tu voz.
Han pasado demasiadas cosas en muy poco tiempo, pero como bien sabes, de los errores se aprende. He aprendido a no dejarme llevar, a no dejar que nadie piense y decida por mí, a ser yo mismo.
Dirás que debí darme cuenta antes, y tendrás razón. Pero no podía quedarme, no podía ver como tus esfuerzos por hacerme feliz se deshacían en nada. Quítatelo de la cabeza: no es culpa tuya. Yo no podía ser feliz allí, tú acabarías por dejar de serlo a mi lado.
No preguntes a Annie, ella no sabe dónde estoy. No me arrepiento del tiempo que compartí con ella, ni de aquello que hice, aunque he tardado en darme cuenta.
Ahora, mientras el tren coge velocidad, estarás abriendo tus bonitos ojos. Es como si te estuviera viendo: te despertarás acurrucada, como siempre duermes, aunque haga calor. Tu pelo color miel sobre las sábanas azules brillará más que nunca, como para recordarme lo suave y perfecto que es. Te añoro tanto… Añoro tus ojos grandes, expresivos, y las comisuras de tu boca, que se inclinan hacia abajo cuando sonríes.
Añoro tus abrazos, tus mirada perdida, el rubor de tus mejillas aquella noche.
Nunca olvidaré aquella única noche. Victoria, esto no funciona, acordarme de ti me lo pone más difícil. Pero haga lo que haga, mi mente te evoca una y otra vez… Aunque me dirijo al norte, el paisaje se me presenta cada vez más muerto, a medida que me alejo de ti. No entiendes por qué me voy, ¿verdad? Yo a veces tampoco.
Sólo sé que no puedo ser la causa de tu infelicidad. Huir es de cobardes, y yo soy el más cobarde de todos. Tendría que habértelo dicho, haber secado tus lágrimas todas las noches que llorabas pensando en mí, y haberte besado cuando quería hacerlo.
Lo importante es que te quiero, y tú también a mí. Eso no cambiará nunca.
La vida es demasiado complicada, y el nuestro no es un cuento de hadas. Si lo fuera, Annie sería la bruja, ¿verdad? Vic… no puedo ni sonreír. Necesito tus palabras para eso, y aunque sé que nunca sabrás todo esto, que nunca leerás esta carta, quiero que sepas que te quiero, que siempre lo hice. No fue un error, ni un mar de dudas. Fue la indecisión de un cobarde, un cobarde que te quiere y que no quiere que sufras por él.
Algún día volveremos a vernos, pequeña, y estoy seguro de que no me saldrá la voz, como ahora.
Algún día… espero que sea cuanto antes. No podré ir muy lejos, no seré capaz, pero… me gustaría verte pronto. Búscame… yo buscaré tu pelo en cada gran ciudad, en cada colina verde, en cada bar oscuro… buscaré tus párpados cerrados y tu sonrisa hacia abajo.
No puedo quedarme, y lo sabes. Esto es lo mejor que podría haber hecho. Quizá el tiempo nos una de nuevo, en otra ciudad, donde podamos ser felices juntos. Hasta entonces, vagaré solo, escribiendo mis canciones, acompañándolas con el recuerdo de tu voz.
Han pasado demasiadas cosas en muy poco tiempo, pero como bien sabes, de los errores se aprende. He aprendido a no dejarme llevar, a no dejar que nadie piense y decida por mí, a ser yo mismo.
Dirás que debí darme cuenta antes, y tendrás razón. Pero no podía quedarme, no podía ver como tus esfuerzos por hacerme feliz se deshacían en nada. Quítatelo de la cabeza: no es culpa tuya. Yo no podía ser feliz allí, tú acabarías por dejar de serlo a mi lado.
No preguntes a Annie, ella no sabe dónde estoy. No me arrepiento del tiempo que compartí con ella, ni de aquello que hice, aunque he tardado en darme cuenta.
Ahora, mientras el tren coge velocidad, estarás abriendo tus bonitos ojos. Es como si te estuviera viendo: te despertarás acurrucada, como siempre duermes, aunque haga calor. Tu pelo color miel sobre las sábanas azules brillará más que nunca, como para recordarme lo suave y perfecto que es. Te añoro tanto… Añoro tus ojos grandes, expresivos, y las comisuras de tu boca, que se inclinan hacia abajo cuando sonríes.
Añoro tus abrazos, tus mirada perdida, el rubor de tus mejillas aquella noche.
Nunca olvidaré aquella única noche. Victoria, esto no funciona, acordarme de ti me lo pone más difícil. Pero haga lo que haga, mi mente te evoca una y otra vez… Aunque me dirijo al norte, el paisaje se me presenta cada vez más muerto, a medida que me alejo de ti. No entiendes por qué me voy, ¿verdad? Yo a veces tampoco.
Sólo sé que no puedo ser la causa de tu infelicidad. Huir es de cobardes, y yo soy el más cobarde de todos. Tendría que habértelo dicho, haber secado tus lágrimas todas las noches que llorabas pensando en mí, y haberte besado cuando quería hacerlo.
Lo importante es que te quiero, y tú también a mí. Eso no cambiará nunca.
La vida es demasiado complicada, y el nuestro no es un cuento de hadas. Si lo fuera, Annie sería la bruja, ¿verdad? Vic… no puedo ni sonreír. Necesito tus palabras para eso, y aunque sé que nunca sabrás todo esto, que nunca leerás esta carta, quiero que sepas que te quiero, que siempre lo hice. No fue un error, ni un mar de dudas. Fue la indecisión de un cobarde, un cobarde que te quiere y que no quiere que sufras por él.
Algún día volveremos a vernos, pequeña, y estoy seguro de que no me saldrá la voz, como ahora.
Algún día… espero que sea cuanto antes. No podré ir muy lejos, no seré capaz, pero… me gustaría verte pronto. Búscame… yo buscaré tu pelo en cada gran ciudad, en cada colina verde, en cada bar oscuro… buscaré tus párpados cerrados y tu sonrisa hacia abajo.
Franccesco besó la nota, que se había mojado con una sola lágrima, la arrugó y la lanzó al aire desde el tren, que se alejó a toda velocidad.
Jo, es precioso. Vic parece una gran persona.
ResponderEliminarSoy nueva por aquí pero espero llegar a ser veterana porque me quedo defintivamente ;)
Muchos besos
Palabras demasiado directas, Euforia.
ResponderEliminarFranccesco parece una persona demasiado cerrada como para expresar eso mediante una carta.
Un beso grande.
Muy lindo, pero a mi forma de verlo, triste...
ResponderEliminarBesos!
Realmente me impresionó, que feo sentimiento de eso de no poder decir ese tipo de cosas.
ResponderEliminarhttp://princesailusa.blogspot.com/
No es la primerra vez que te digo que tu blog es genial , ademas de eso me encantan las fotos que cuelgas , te invito a pasar por el mio
ResponderEliminarSaludos
Guau. Admito que he leído la entrada porque me llamo Victoria, y me ha impresionado. Es genial.
ResponderEliminarTe sigo, si no te importa :)
IM-PRESIONANTE
ResponderEliminarcuanta sinceridad en estas palabras, y la imagen, de diez!!
ResponderEliminarUn saludo desde la lejania.
¿Alguien encontrará la nota algún día? :)
ResponderEliminarEs completamente hermoso!
ResponderEliminarMe dejaste sin palabras (:
Es una historia bellisima.
Un beso
Suerte :)
Gracias por pasarte, como sé que te gusta escribir y lo haces muy bien creo que te gustará mi otro blog http://quehayenmiemente.blogspot.com, este es sólo de relatos.
ResponderEliminarBESOS ENORMES
Sí, es un buen relato de ficción..
ResponderEliminarBesos
Es increible, indescriptible, hermoso. Gracias por el relato. Definitivamente me encanta.
ResponderEliminarMe encanta tu blog.
Un BESAZO!!
AMOR!! Y FELICIDAD!!
DISFRUTA!!xD
Triste historia para Victoria.
ResponderEliminarUn beso
Menuda carta, es... como todas tus historias... IMPRESIONANTE me alegro de que me sigas, ya que así puedes darme consejos para mejorar a la hora de escribir, muchas gracias Euforia.
ResponderEliminarYo casi habría llamado a la entrada "derrota", no puede ser! :( qué triste es leer cosas así y pensar que ocurren cada día, Franccesco tenía que haberle dado la carta a Vic...
ResponderEliminarMuy bonito, de verdad :) Tu entrada anterior es también preciosa, yo opino como Ian, la distancia no hace tanto daño como se piensan (además, en tus sueños soy yo quien se queda con Pablo, no?)
Besos^^
"Búscame… yo buscaré tu pelo en cada gran ciudad, en cada colina verde, en cada bar oscuro… buscaré tus párpados cerrados y tu sonrisa hacia abajo."
ResponderEliminarQue belleza tan triste (si cabe decirlo así)
Lamento la ausencia, me estoy empapando de tus escritos, creo que me faltó el anterior. Voy para allá :)
Abrazo fraterno
Marlene
ooh es triste pero hermoso,a veces no hacemos las cosas en su debido tiempo por el miedo y se nos escapa de las manos,hay que arriesgar para poder ganar.
ResponderEliminarun besito acuático.
Uuuauu!!! qué tristeza, ¡¡que viva el romanticismo!! Un abrazo
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