"Himmelhoch jauchzend, zu Tode betrübt" Goethe.
De la más alta euforia a la más profunda aflicción.

sábado, 10 de abril de 2010

Pudo ser FELIZ...

Hoy lo verás vagando por la ciudad, cabizbajo, con el periódico bajo el brazo. Puedes encontrarlo sentado en la terraza de cualquier bar, gastándose el poco dinero de su bolsillo en un intento desesperado por sonreír un poco.
Él, que lo tuvo todo, y ahora no tiene nada.
Tenía una bonita casa de piedra en un pequeño pueblo rodeado de esperanza, dos hijos encantadores y una mujer inteligente y preciosa. Irónico, ¿no?
A veces no nos damos cuenta de lo felices que podemos llegar a ser, ya que tenemos todo lo necesario y más. A veces no nos damos cuenta de lo que tenemos hasta que ya lo hemos perdido.
Jose lo tenía todo, y aún así, lo perdió. Las discusiones con María eran cada vez más frecuentes, y la tensión aumentaba cada día entre los muros de piedra.
Ahora Jose se ha mudado aquí, a casi mil kilómetros del que fue su hogar, a una tierra desconocida y totalmente diferente a la suya.
Cada vez que lo veo pienso en su historia, y en todo lo que encierra.
Todo el mundo se equivoca, y todo el mundo tiene derecho a una segunda oportunidad. Jose busca desesperadamente la suya, sin saber que no la encontrará, y que el camino de vuelta a casa se borró para siempre un día de enero.
Hoy, sentado en un bar de tantos, lee su periódico, el mismo de siempre. Desde que está aquí sólo lee ése, el del día en el que todo cambió para él.

Ese día dejó al pequeño Mario dormido en su cuna, con el beso del que siempre será su padre en su pelo rubio. Todavía es pequeño para echarle de menos, pero creo que lo hace, inconscientemente. Añora al hombre que siempre hablaba gritando, y que lo quiso muchísimo, a su manera.
Manuela jugaba en la calle con sus amigas cuando su padre salió de su casa con su maleta en una mano y el corazón en la otra.
"Papá tiene que irse, cariño."- Le había dicho.
"¿Por qué?".- ella corrió a abrazarle las rodillas.
"Trabajo, Manuela.".- Inspiró profundamente.- "Pero papá volverá pronto. Sé buena, ¿vale? Y cuida de Mario... y de tu madre. Os necesita mucho."
Los ojos grises de ella no entendían aquello que escondían los de él, y quizá nunca lo haría.

Hoy, se arrepiente de no haber sabido aprovechar el tiempo, de haber sido tan egoísta a veces, de haberse dejado llevar por los celos...
Se imagina el momento del reencuentro, si es que este llega a producirse. ¿Cómo estará su mujer? ¿Le habrá perdonado el haber sido tan estúpido? ¿Lloraría al verlo? ¿Seguirá tan guapa como siempre?
Por los celos, por las dudas, por tanto dolor... Ha perdido lo que más quería: su esposa, sus hijos, su tierra y su gente.
Hoy viene a comer a casa, conmigo y con mis padres, los que le abrieron esta puerta, la posibilidad de un trabajo nuevo, y una vida completamente nueva.
Cada vez que lo veo puedo sentir lo solo que se siente, y me duele verlo asomado en el balcón, solo, fumándose un cigarro, mirando el mismo cielo que ahora estarán mirando sus hijos.
Confío en que el tiempo le dé otra oportunidad, y en que todo vuelva a ser como antes.
En el fondo sé que María piensa en él todos los días, y que a cada segundo se pregunta si habrá hecho bien, si esto será lo mejor para ambos, y para sus hijos.
Sé que añora al hombre que fue el amor de su vida, aquel que estuvo junto a ella casi treinta años, el que fue el primero en amarla.
Él tuvo una vida difícil, trabajó desde muy joven con sus padres, y más tarde abrió un bar, que recogía dos de sus aficiones: el alcohol y la música. A pesar de todos sus defectos, ella lo quería con locura.
En este mismo momento, María abraza al pequeño Mario en brazos, mientras le canta una canción. Si escucháramos con atención, descubriríamos que no se trata de una nana, sino de la canción que tantas veces escucharon Jose y ella juntos...

No es tan fácil conservar la felicidad, aunque la encerremos con fuerza entre nuestros dedos, a veces se escapa para no volver. Y lo peor de todo es que seguimos creyendo que volverá.
Quiero creer que Jose volverá a su hogar tarde o temprano, y que será recompensado por no haber perdido jamás la esperanza.

9 comentarios:

  1. Muchas veces no sabemos lo que tenemos hasta que lo perdemos :( Intentaré agarrar con fuerza mi felicidad, a ver si no se me escapa :) Me ha encantado, muy auténtico.
    Mil besos.

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  2. Espero que Jose vuelva y sepa apreciar esa felicidad :)

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  3. Este tipo de experiencias nos sirven para conocernos a nosotros mismos, y no volver a repetir con nuevas personas, las injusticias que cometimos en el pasado.
    Hay que saber apreciar y disfrutar la felicidad cuando la tenemos en las manos, para que se escape.
    Me ilusiona la idea de que Marìa pueda reconciliarse con José... ojala!! ojala suceda.

    Un abrazo
    Marlene

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  4. quise decir para que "NO" se escape.. es que a mi se me escapa la felicidad a cada rato :( Hasta cuando escribo :)

    Un beso
    Marlene

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  5. Y esa esperanza vive aún cuando él nunca vuelva... mi querida Euforia, creo este escrito abrió un canal de mi vida muy significativo y difícil, sabes? siempre tus letras tienen que arrancarme el sentimiento mas intacto del alma, es increible leerte y sntir tanto.

    Besitos preciosa

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  6. la distancia hace valorar la fecilidad vivida: si vuelve fue feliz, si no es que lo que tuvo no es mejor que lo que tiene : La distancia es una prueba de fuego, 30 años se desvanecen en media hora...

    beso realista
    druida .

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  7. Oh, que linda manera de expresar lo que a muchos les ha sucedido, yo que soy una persona que le cuesta horrores perdonar, sé lo que es "ganarse" por así decirlo una segunda oportunidad, y como somos seres humanos, y cometemos errores, porque todos los cometemos, las segundas oportunidades deben existir, más si tiene entre sus manos algo tan valioso como la esperanza;)

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  8. La felicidad la tenemos en nuestras manos, somos nosotros quienes la podemos hallar o perder, lo importante es darse cuenta de ello, para no perderla, para que siga a nuestro lado para siempre. Espero que él encuentre esa segunda oportunidad anhelada, porque también es cierto que a veces aprendemos de nuestros propios errores y merecemos demostrarlo.
    Besos y susurros muy dulces

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  9. No es tan fácil conservar la felicidad, aunque la encerremos con fuerza entre nuestros dedos, a veces se escapa para no volver. Y lo peor de todo es que seguimos creyendo que volverá.

    Me encantó.

    Y esta frase : " Los ojos grises de ella no entendían aquello que escondían los de él, y quizá nunca lo haría."

    Muy bonito.Con respecto a tu comentario en mi blog... Las deciciones son todas dificiles muchacha.. y muy importantes.. La desición de entregarle mi amor.. de que tome mi mano...
    Es tan dificil como soportar soñar con él.
    No es tan Fácil tomar el camino.. y esa seguramente no es mi felicidad.. auqnue.. QUIEN SABE?
    Un beso.

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Empaña las paredes de mi palacio con tu voz, y escribe en el cristal tu nombre :)