"Himmelhoch jauchzend, zu Tode betrübt" Goethe.
De la más alta euforia a la más profunda aflicción.

domingo, 7 de noviembre de 2010

Lo mejor para mí.


Mi hermana se asomaba con cautela a la taza de café que tenía entre las manos, pero su voz queda no era dulce, no sabía a capuccino, sino a incomprensión.
Yo notaba cómo las lágrimas que durante tanto tiempo se habían ido acumulando tras mis ojos, produciéndome dolor de cabeza, corrían hacia delante, buscando la salida de emergencia.
Miré fijamente mi plato de comida, aún intacto, y me esforcé en retenerlas. Ella seguramente ya se habría dado cuenta de mis ojos vidriosos, pero afortunadamente no me miraba, y yo no sabía si por miedo a leer la vergüenza en mis ojos o porque era ella la que se sentía avergonzada.
Tomé mi vaso de agua y bebí, con labios temblorosos. Pero no funcionó: el nudo en mi garganta no se deshizo, pues yo sabía que no lo haría hasta que mis lágrimas saltaran al vacío y murieran en mi barbilla. Era imposible dar marcha atrás: tenía que aflojar la presión y dejar que fluyeran.

-¿Me entiendes, Amelie?

Cuando por fin se giró hacia mí y me vio (yo no podía verla porque tenía los ojos anegados de lágrimas) se asustó muchísimo.

-¿Qué te pasa? ¡No llores!

Esas palabras fueron totalmente contraproducentes, pues hicieron que llorara aún más.
Me tapé la cara con las dos manos mientras mi cara se inundaba por momentos, y fue entonces cuando hizo la pregunta que me dejaba sin palabras:

-¿Por qué lloras?

Como yo no respondía, siguió hablando, agobiada:

-Tranquila, tonta. ¿Crees que con la confianza que hay entre nosotras puedes ponerte a llorar así? - me acarició el brazo con su mano libre.- ¿Seguro que no pasa nada más?

Yo negué con la cabeza, y decía la verdad. Pero no podía hablar. Parecía que mi cabeza iba a explotar del todo y me temblaba todo el cuerpo.
Me daban ganas de huir de todo, de huir de la realidad, huir hasta mi infancia, mi niñez perdida, cuando todo era más fácil y las lágrimas no escocían. Quería conocerme a mí misma lo suficiente como para saber… Un momento. ¿Para saber qué? ¿Acaso ella y yo no éramos personas diferentes, completamente diferentes? Mi hermana mayor, más madura, buscaba lo mejor para mí, pero ella no pasó por lo que yo estaba pasando. Ella siempre tuvo un gran grupo de amigos, personas que compartían sus intereses y que tenían un punto de vista similar.
Definitivamente no podía ser igual. Las circunstancias a veces hacen que vivas la vida más deprisa, que te olvides del momento adecuado.
Cuando conseguí calmarme, restos de sal brillaban cerca de mis ojos enrojecidos.
Nos sentamos juntas en el sofá y volví a llorar como una niña pequeña. Al fin y al cabo yo no era más que una chiquilla perdida, que buscaba hacer lo correcto y no se daba cuenta de que lo que lo es para unos, deja de serlo para otros. Mi hermana y yo, dos mundos totalmente diferentes que se miraban a la cara por primera vez en mucho tiempo.
En la televisión apareció el que fue mi cantante favorito cuando era pequeña. A mi hermana seguía encantándole, pero me sorprendí a mí misma cuando me pareció entrever un rastro de chulería en su sonrisa de chico guapo. Ya no escuchaba su música, ni miraba sus pósters. Incluso me caía regular. Para mí no era más que un popero, pero aun así yo guardaba alguna de sus canciones, porque despertaban en mi memoria recuerdos que protagonizábamos mi hermana y yo, cantando en la cocina. Otra diferencia más que nos situaba a miles de años luz.
Y sin embargo, me sentía protegida, cerca, no podía dejar de pensar que mi hermana tenía gran parte de razón, pues ella sólo buscaba lo mejor para mí. Pero, ¿cómo aprender a elegir?
Ella mismo me había dicho “Yo no puedo decidir por ti, cariño. Tendrás que equivocarte como hemos hecho todos. Sólo te aconsejo. Hazme un poquito de caso.”
Pero yo sabía que no era tan fácil, que los obstáculos no cambiarían de lugar y que me quedaba enfrentarme a alguien más importante.
El tiempo corría demasiado rápido para mí, me estrangulaba.

10 comentarios:

  1. Seguro que sea quien sea a quien tienes que enfrentarte comprendera la decision que tomes. Estoy segurisimo!
    Me ha encantado la historia sabes describir las cosas de tal manera que parece que estes allí con vosotras.
    Un besazo y un abrazo muy fuerte!

    ResponderEliminar
  2. " Tendrás que equivocarte como hemos hecho todos. Sólo te aconsejo. Házme un poquito de caso. "

    Dicen que uno no experimenta en cabeza ajena, a veces los amigos, la familia, se esfuerzan tanto por transmitirnos sus enseñanzas, pero eventualmente... las experiencias hacen lo propio, cruzarse en nuestro camino para que aprendamos de ellas y nos hagamos más fuertes, más resistentes a los embates de la vida. Es correcto, los obstáculos no cambian de lugar.. hay que enfrentarlos.
    La manera en que narraste la escena del llanto es impresionantemente perfecta, de una narrativa pura, literaria.. me transmitiste toda la carga de esa emoción.
    Un beso señorita escritora
    y mis cariños de siempre

    ResponderEliminar
  3. Te entiendo perfectamente. Mi hermana también busca lo mejor para mí, pero tengo que cometer mis propios errores, aprender, vivir mi vida... Pero hay que hacer caso a los consejos que te den, a veces pueden ser muy útiles :)
    Besos

    ResponderEliminar
  4. Te soy sincera.. en mi último post aparecia la palabra ''Café'' y ''Amelie'' en la misma frase.. pero terminé borrandola! y aqui la lei dos veces! jajajajaja!!

    Me ha encantado! debemos errar solos. Si los demás intentan detenernos, más querremos equivocarnos!

    Espero que te encuentres mejor!

    PD: Muchos son ''él'' y ''ellas'' son varias.

    ;)

    ResponderEliminar
  5. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  6. Me transmitiste tanta tristeza que hizo que me gustase mucho más cada tramo de tu relato...

    Besos!

    ResponderEliminar
  7. Y si,hay que aprender de los errores,y aceptar lo consejos
    Me ha gustado mucho!
    Un beso
    Suerte♥

    ResponderEliminar
  8. Si, en nuestra vida hay obstáculos y debemos aprender a pasarlos todos, alguna vez tropezaremos, o nos caeremos, pero lo que cuenta es saber levantarse y seguir adelante^^
    Me encantó :)

    D!SFRUTA!!

    ResponderEliminar
  9. el tiempo estrangula a cualquiera..

    ResponderEliminar
  10. Yo notaba cómo las lágrimas que durante tanto tiempo se habían ido acumulando tras mis ojos, produciéndome dolor de cabeza, corrían hacia delante, buscando la salida de emergencia...

    Yo también lo e sentido alguna vez...

    ResponderEliminar

Empaña las paredes de mi palacio con tu voz, y escribe en el cristal tu nombre :)