-Debes ser, ante todo, lo que tú quieras ser, Carlota. Intentaré contagiarte mi pasión por los libros y por la naturaleza, y juntas aprenderemos muchas cosas nuevas cada día.
Sonrío al pensar que yo seré “la tía chachi”, con la que compartirá sus secretos sobre chicos, amigas, y la que recibirá las quejas que ella tenga de sus padres, a sabiendas de que yo le proporcionaré ese capricho que ellos le hayan negado. Como la diferencia de edad no es muy grande, pasaremos mucho tiempo juntas y lo aprovecharemos bien. La llevaré de viaje a grandes ciudades y a pueblos apartados, le enseñaré inglés y alemán, y ella me enseñará algo de música, si esta mente negada se lo permite. ¿Nos gustará la misma música? Podríamos ir a conciertos y cantar juntas aquellas canciones que nos hagan perder la cabeza. No olvidaré su educación, e intentaré que ni se deje influenciar fácilmente ni sea una de esas personas de mente muy cerrada. La mente abierta, que los sueños vuelen y las ideas fluyan. Sí, eso es. Quizá sea demasiado. La pequeña se gira, me mira y sonríe como sólo ella sabe hacerlo.-Tatá.
Esa soy yo.Mientras mi padre y David, el marido de mi hermana, veían un partido de tenis, mi madre y yo recogíamos la mesa, y mi hermana mayor, inquieta, revoloteaba a nuestro alrededor. Cuando todo estuvo recogido nos sentamos en la sala de estar, y mi hermana comenzó a hablarme de esto y de aquello, pero yo no le prestaba mucha atención, hasta que tomó aire, miró a los demás y chilló:
-¡Estoy embarazada!
Yo no sabía cómo reaccionar, y el clásico “¿¡Qué!?” salió disparado de mis labios.-¡Vas a ser tía!
Mi hermana me abrazó con fuerza, y todas las miradas estaban fijas en mi espalda, que comenzó a temblar. Desde que mi hermana se casó, no hacía más que preguntarle que cuándo tendría un sobrino, pues estaba deseando que llegara ese momento. No obstante, me pilló totalmente por sorpresa, y tuve que huir a mi habitación, avergonzada, para llorar litros contenidos de alegría. Por fin. Sería tía, y mi sobrino (pues imaginábamos que sería un niño) me querría muchísimo, como yo a él. Intenté imaginármelo, pero no supe hacerlo; además mi hermana vino a por mí y me abrazó repetidas veces, emocionada. Volvimos al salón y felicité a mi cuñado por una de las mejores noticias que había recibido en mi vida, por uno de los mejores momentos de mi vida, que no olvidaré jamás. Todavía hoy no puedo explicar con palabras lo mucho que quiero a esa criatura regordeta y caprichosa. Es uno de los mejores regalos que el mundo me ha hecho, y disfrutará de él a lo largo de toda mi vida, sin olvidar nunca la primera vez que su pequeño puño se cerró en torno a mi dedo. Me agacho y la abrazo con fuerza, acariciando su encantadora mejilla con mi mano, que ella coge y aprieta contra su rostro, sonriendo y mirándome con cariño.-Tatá.
Eres una ternura
ResponderEliminar:)
Me emocioné! y se antojo ser Madre
Y si Algún Día?
:]
:]
Mil besos niña
M.m.
qué lindísima historia :) me ha encantado :)) tiene que ser muy bonito ser mamá (y ser tía, también, que eso ya lo he probado:)
ResponderEliminarno sé porqué no te carga la imagen, pero el título de la ilustración si lo buscas, aparece en google imágenes, yo le añadí un árbol, mezclé las dos imágenes, pero la bonita es la de John Bauer :)
un beso grandeeeee
que bonito :) vivo algo similar con mi prima pequeña, acaba de cumplir 2 años y está en esa edad en que le gusta caminar por toda la casa señalando todo lo que ve, y cantar, le encanta cantar, que monos son tan pequeñitos ^^
ResponderEliminarQué envidia. Yo no djo de decirle a mi hermano que cuándo me va a dar un sobrinito, pero el pobre no ha acabado ni la carrera y todavía tiene que crcer mentalmente ¬¬
ResponderEliminarDisfrútala e intenta que crezca lo mejor posible. Qué mona tiene que ser :)
Wow... un cúmulo de sentimientos extraordinarios me invadieron, robaste dos lágrimas de mmis ojos, eres increíblemente adorable al escribir.
ResponderEliminarBesos
Que dulce,que bonito tener siempre alguien pequeñito a tu lado que te enseñe lo inocente de la vid y te saque una sonrisa,cuánto dan con lo pequeñitos que son
ResponderEliminarun beso azul
Me has hecho recordar la primera vez que vi a mi vitamina, fue una experiencia inolvidable.. ahora ya tiene 5 añazos y muchisima alegría, comparimos gustos musicales, me ruega que la lleve a la biblioteca y a coger mariposas y flores y todas esas pequeñas cosas que las mamás no hacen con sus niños..
ResponderEliminarhacia tiempo que no pasaba por aquí, prometo que no se volverá a repetir, jajaja